las golondrinas.

y ya me voy, ya me iré.
donde no hayan amores mal pagadores
traidores, traidores.

todos nuestros mares, nuestros lados de la luna, nuestras manos. todas las ausencias, transitorias y definitivas. todo lo implícito, lo no dicho, lo pensado. todo eso que se quedó en el corazón, y que no va a salir de ahí. todos los abrazos, las caricias, los besos, las sonrisas que van quedando en el camino. todos los cajones repletos de fotos y recuerdos y lágrimas que están abajo de la cama, llenos de polvo. todos los pleonasmos de lo obvio mil veces repetidos; todos los oxímoron que guían nuestra vida y nunca van a poder ver. sus audaces cobardías, su estudiada indiferencia. tantos instantes llenos de vacío. infinitas infinidades que terminan siempre en esa espiral que cuelga de mí. es juntar todo eso. apilarlo. ordenarlo. hacerlo un escalón. una montaña. usarlo de trampolín para tomar impulso, y saltar cada vez más, más alto. hasta que un día llegue tan alto que alce vuelo, y no necesite que nadie me lleve a ningún lugar.