lunes, 27 de abril de 2009

porque un juguete es cualquier cosa.

Graciela Scheines dice:

"La importación y comercialización de juguetes constituye una de las vías principales de transculturación -inevitable en nuestra época-, y a veces, de colonialismo cultural. No es cuestión de restarle importancia. Pero lo verdaderamente grave, a mi entender, es que, por este proceso por el cual los juguetes entran en el mercado, se introduce en la intimidad del hogar un producto de alto riesgo, un objeto de extrema peligrosidad: el juguete sofisticado."


yo digo que por eso todo bolsillo de caballero o cartera de dama debería tener ahí a mano una nariz roja. para que una silla no sirva sólo para sentarse, para que un viaje en colectivo nos lleve a conocer saturno. para que lo sofisticado deje de ser eso que tenemos en la mano, y lo simple lo que nos pasa por la cabeza, y sea exactamente al revés: que lo simple sea el juguete, y lo sofisticado sea el juego. porque jugar es formarse. y formarse es darse forma: la forma que cada uno quiere, la que cada uno elige. yo digo que tengo un montón de ganas de que llegue el momento en que ni siquiera necesitemos una nariz para poder transformar un piolín, una hoja o la piedra que se nos cruza en el camino en la mediación necesaria para que cada uno tome la forma que quiera tener.


porque jugar es formarse, y formarse es lo que necesitamos para cambiar un poco las cosas.
porque si un juguete es cualquier cosa, todos podemos jugar, y si todos podemos jugar, todos podemos formarnos. y si todos nos formamos, transformar la realidad no queda tan lejos, ni es tan difícil.

1 comentario:

tinavalenvalentina dijo...

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