acá lejos.
hay palabras puntiagudas.
hay frases que de pichundas hacen agujeros en lugares tan específicos. como el oído. porque el tímpano no se rompe así porque sí.
pero si uno escucha cosas como que el otro día mamá se dio cuenta después de un mail horrible horrible que le mandaste de que todo lo que tendría que haber odiado a papá porque fue un padre de mierda que nunca estuvo para lo que un papá tiene que estar, toda esa bronca y furia y decepción de no haber elegido el papá correcto para tu hija, se transformó sin que se diera cuenta en odio hacia mí, y que sí, que nunca se había puesto a pensar como había proyectado todo eso feo y horrible hasta ese mail, algo tiene que pasar.
porque si todavía las palabras me perforan los tímpanos,
algo más tiene que haber.
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