lunes, 5 de marzo de 2007

sólo queda verse a uno mismo (de porque soy luna, soy sol, y en realidad sólo soy agua)

Sí, es verdad. Estamos hechos de millones de nosotros mismos. Pero así como Harry Haller, cada uno siempre elige un par antagónico (no por eso uno mejor que otro) que lleva siempre como una marca.
El lobo y el hombre, el ying y el yang, innumerables duplas que se complementan, y que no son nada sin su otra mitad. Así, yo tengo al sol y a la luna. Desde hace años, las dos me guían, me llaman, se me aparecen en los lugares menos esperados y pasan a formar parte de mí. A veces yo misma soy una o la otra. Pero todo depende desde dónde se lo mire.

Lo que soy, y no puede entrar en duda, es agua. Eso sí que lo soy a flor de piel. Toda agua.
Mis últimos días fueron pura agua, sol y luna. Y ahí entendí. No soy ni la luna y el sol. Soy su reflejo. Su espejo.

Por eso soy las dos, y en realidad soy sólo agua.

1 comentario:

Anónimo dijo...

que pendeja de mierda!!!! vos y tus palabras me van a hacer mal!!!!!
agua , necesaria y pura ........esperamos tu vuelta de brazos abiertos como te dije ...
subite a la orbita sin miedo
te quiero y queremos