jueves, 8 de marzo de 2007

Así me preparo a ver lo mejor

- ¡Escuchá! ¡Escuchá el olorcito!
- ¿Qué? ¿Qué dices, tía? ¿Qué olorcito?
- El olorcito a mar, tonto.
- Qué boluda que sos. Obvio que va a haber olorcito a mar, estamos en una isla...
- ¡Ey! Sos un ortiba.
- Bueno, bueno che... ¿vamos a sentarnos allá?
- Sí sí, vamos. Calma, todo está en callllmaaaa.
- ¡Shhhhhhhhh, Nena! Que acá o se canta punchi o no se canta.
- Jajajajaja.
- ¡¡Mentira!! Que ayer estaban escuchando Diego Torres, y encima esos eran ibicencos. Y ahora callate que quiero escuchar el mar.
- Loca.
- Como mi madre. Sh.
- Mirá allá Tati, ¿ves?
- Guau. Guille, ¿vos venís seguido acá a ver el atardecer?
- No, Ta, yo estoy currando a esta hora... Y cuando no estoy currando estoy mirando la tele tirado en la cama... Mudo, ¿me pasás los puchos?
- Sí, tomá.
- ¿Hola? Te tildaste... ¿Qué pensás?
- Que entonces no te envidio.
- No es así, Tati... si viniese todos los días perdería su encanto.
- Un atardecer nunca pierde su encanto. A lo sumo el que lo pierde es el que lo mira.
- ¿Qué hacés?
- Lo guardo. Bien adentro. Lo guardo.

[Silencio. Mientras tanto, el sol se ponía en el mar; y yo lo guardaba en una cajita color arena, color sol y color mar, que ahora me da vueltas en la panza.]

1 comentario:

pez verde dijo...

viste, tato, viste!
es increíble. la quiero tanto tanto





el verde nuevo llegará.