Me pides muchacho aclare tus dudas que como fantasmas, te acosan y apuran. Seguro que esperas respuestas maduras que alumbren a giorno tus sombras oscuras. Sé bien lo que quieres y ansío ayudarte, porque esas dudas remozan mi sangre ya que fueron mías al recién graduarme, algo, poco o mucho, tengo que brindarte. La ruta es muy larga, casi inalcanzable, es siempre exigencia, permanente darse, pensar en los otros, comprender, amarles, sentir sus dolores, sufrir en su carne. Ser timón y guía en cada percance: responsable pleno de sus desenlaces. Ser hermano, amigo, confesor o padre, tumba de secretos que jamás violares. Calmante de angustias, dolores o hambre, curioso obsesivo que explora incesante el cuerpo, la psiquis, el mundo o el aire, sin renunciar nunca a beneficiarles. Que el fin del balance no pueda acusarte, que tu meta sea siempre un semejante: sin nombre, sin cara, al que te entregaste con toda tu ciencia, tu atención y tu arte. Recibir por pago lo que no soñaste: los ojos llorosos de una pobre madre que rogando al cielo pretende expresarse, y lágrimas sólo tienen para darte. Ya ves mi muchacho, no te me acobardes, vocación ya tienes, completa el bagaje, junta valentía, honradez, coraje, y verás entonces: ser médico...es fácil.
nada más acorde a vos. no podrías haber elegido mejor vamos rubia te quiero besos misioneros
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Me pides muchacho aclare tus dudas
que como fantasmas, te acosan y apuran.
Seguro que esperas respuestas maduras
que alumbren a giorno tus sombras oscuras.
Sé bien lo que quieres y ansío ayudarte,
porque esas dudas remozan mi sangre
ya que fueron mías al recién graduarme,
algo, poco o mucho, tengo que brindarte.
La ruta es muy larga, casi inalcanzable,
es siempre exigencia, permanente darse,
pensar en los otros, comprender, amarles,
sentir sus dolores, sufrir en su carne.
Ser timón y guía en cada percance:
responsable pleno de sus desenlaces.
Ser hermano, amigo, confesor o padre,
tumba de secretos que jamás violares.
Calmante de angustias, dolores o hambre,
curioso obsesivo que explora incesante
el cuerpo, la psiquis, el mundo o el aire,
sin renunciar nunca a beneficiarles.
Que el fin del balance no pueda acusarte,
que tu meta sea siempre un semejante:
sin nombre, sin cara, al que te entregaste
con toda tu ciencia, tu atención y tu arte.
Recibir por pago lo que no soñaste:
los ojos llorosos de una pobre madre
que rogando al cielo pretende expresarse,
y lágrimas sólo tienen para darte.
Ya ves mi muchacho, no te me acobardes,
vocación ya tienes, completa el bagaje,
junta valentía, honradez, coraje,
y verás entonces: ser médico...es fácil.
nada más acorde a vos. no podrías haber elegido mejor
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te quiero
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