lunes, 7 de abril de 2008

sal limón.

y es impresionantemente impresionante cómo le puede cambiar la vida a uno con una tarde que contenga mucho sol, pasto, hamacas, mate, árboles, árboles y árboles, fotos, una guitarra, enormidad de abrazos, y alguien tan bueno pero tan bueno, que para ponerle broche de oro y que dicha actividad no me hiciera sentir culpabilidad por no estar estudiando, me cuenta todo lo que dice el libro aunque no le sirva más y le aburra mucho.
(cabe aclarar que a dicho individuo le caen particularmente mal las plazas porque vive en su ambo blanco y se le ensucia - igual le llevé mantita, pero sigue odiándola. -; le enerva soberanamente tomar mate en un lugar donde no puede cambiarle la yerba y calentar el agua cada media milésima de segundo; no saca ninguna de las guitarras de su casa si no es para el hospi o para un reci y no le gusta como suena priscila; odia especialmente que le saquen fotos; y rindió las materias que yo estoy estudiando hace casi seis años, por lo cual tuvo que hacer un esfuerzo memorativo más que importante).

y como si todo esto fuera poco, señoras y señores, todo esto ocurrió un domingo.
como debe ser.


como dijo el susodicho.
hay amor, y me vino a salvar :)

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