aunque si llueve no me vas a buscar.
tengo como una cuestión aleccionadora. veníamos bien, veníamos bárbaro. los contrastes, las distintas miradas acerca de lo mismo (uy dios, me acabo de dar cuenta de que esto n o p a r a. la supervisión no se olvida de ningún rincón, jamás). lo lindo de la cabeza contra la pared así de una, increíblemente fuerte; si después estaban el hombro y la oreja esperando.
hasta habíamos retomado ayer esas conversaciones que me sacan de quicio porque nunca voy a entender cómo es que hace. ahí, siempre en la llaga, poniendo de esas pomadas que arden, pero que después cuando te quisiste acordar te curaron que mamita mía.
y no, siempre volvemos. de pé a pá. en cetáceo, tiburonés y chino mandarín. si estábamos tan bien.
pero es que me molestan las ignorancias estratégicas.
si te importo te importo siempre.
o no, pero elegí.
porque sino la que pierde siempre soy yo.
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