no nadharemos.
venía de una noche diez puntos. futuros maridos con chalecos, hijos payasos acróbatas que hacen contact. un espectáculo que uf, otra cosa no se puede decir. venía de un montón de cerveza y milanesa cortada con mayonesa, queloscumplasfelizchicaconremeracomomibuzo, un poco de nostalgia de domingo en bellagamba, nostalgia de luna y sol. de me saco un peso de encima porque por las dudas los dos tienen 21, no soy una potencial corruptora de menores.
así venía, y fuimos a la parada del colectivo. se fueron rápido, el 5 estaba esperándolos en el semáforo. yo me quedé ahí, en la parada, apoyadita como suelo hacer cuando espero el colectivo. pensando en las volantes, los saltos increíbles, la música en vivo, y a ver cómo hacía para verte de nuevo. entre medio de eso, vino un chico, que ya había visto otros días, y ese día también. me pidió una moneda, le dije que no tenía. tendría 14 como un montón. de repente me acordé y saqué de la mochila el paquete de frutigran que no tenía más que la mitad, pero era lo único que llevaba. se lo dí, y me dijo que gracias y se fue. pasó un rato más, y así estaba. vinieron unos ocho chicos. no tenían más de 12 años. chicos y chicas. venían peléandose. tenían un paquete de cigarrillos. se instalaron justo al lado mío, en uno de esos escaloncitos que tienen las calles, perfectos para sentarse. se quedaron un rato largo ahí. que tomá, para vos dos. para vos ninguno porque ayer tenías pegamento y no me convidaste. pero cuando le robé al pibe ese y me compré el paco te convidé a vos. eh que boqueás que vos no me convidaste nada, está mintiendo este boludo. y de ahí a las manos. obviamente que se me cruzó por la cabeza meterme a separarlos, pero después de haber vivido más de una situación parecida que me enseñó a los golpes -literalmente- que no sirve de mucho, me quedé ahí, paradita. y de las manos pasaron a la navaja. algo le hizo, no vi bien qué. ahí si que la experiencia me resbalaba y estuve a punto de avalanzarme para ver qué podía hacer. pero el chico que se lastimó salió corriendo. con otras dos. cruzaron la calle así sin mirar y doblaron rapidísimo. estuve a punto de salir atrás de ellos, pero no sé, algo me dijo que mejor no. el resto se quedó ahí, fumándose el botín. después de un rato se fueron.
como meliza y su burbuja en la nariz cuando las muertes. como julia cuando no borda ni por correo. como la cantante de jazz que ya estaba toda de negro.
no sé si es que les falta detergente, o les anda sobrando agua.
pero últimamente las burbujas vienen empapando fuerte.